¡Me niego!
Me niego a ser la encargada del niño. A ser la única que sabe atenderlo “bien”. A ser la única que sabe cómo hacerle la comida para que si se la coma. Me resisto a ser la única que puede acostarlo, a ser la única opción para calmarlo. A ser la que sabe todo de mi hijo como si fuera un PHD.
Me resisto a ser la única que sabe qué hay en la refri de mi casa y a saber qué hay que comprar esta semana. A ser la que paga las cuentas y la que atiende a los invitados.
Me niego a ser la encargada de poner la mesa porque solo yo lo sé hacer y a encargarme de barrer y trapear después de todas las reuniones porque eso es lo que tengo que hacer.
Me resisto a organizar maletas y loncheras todos los días. Y, por sobretodo, me resisto a esperar a mi marido para que diga la última palabra.
Pero a cambio prometo cantar las mejores canciones y correr las mejores carreras. Prometo gritar a todo pulmón las cuentas regresivas y arreglar cuanto carrito roto sea necesario. También prometo dibujar todos los animales que me pidan y explicar el deber de matemáticas las veces que sea. Prometo correr 100 kms. al lado de la bicicleta.
Prometo cambiar los focos y arreglar las puertas que chillan, prometo limpiar el césped y hacer mi mejor esfuerzo para organizar fiestas y parrilladas, preparar la mejor comida, aunque mejor si lo hacemos juntos.
Prometo lanzar monedas y hacer turnos para lavar los platos y tener la mayor de las paciencias cuando se rompa algo. Prometo hacer muchos pancakes y muchos sánduches y ver muchas películas, o la misma película muchas veces.
Prometo trabajar sin descanso e intentar sacar adelante mis proyectos, prometo resolver mis problemas y si puedo resolver los problemas de los demás. Prometo buscar consensos y negociar, prometo siempre tener mi opinión y decirla en voz alta, pero también prometo tener disponibles siempre muchos besos y abrazos.
Todo eso les prometo a las mamás de niñas pequeñas, porque los hombres feministas se hacen en casa. Con el ejemplo de mamá y papá. Para mi suerte aquí hay un súper papá feminista (aunque no le gusta que le digan así).
Para lograr un cambio necesitamos empezar por nosotras aprendiendo a compartir las tareas en la casa y con los hijos. Somos nosotras las que hacemos hombres machistas no dejándoles participar de tareas y compartiendo el trabajo de casa… Me encantó tu artículo
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Exactamente, es una programación que viene de casa.
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Me encantó tu post y me identifico plenamente. Para esa igualdad que pedimos también debemos estar dispuestas a roles que típicamente no hemos querido asumir. Un abrazo. Paola Mantilla.
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Me encanto tu post muy de acuerdo las responsabilidades deben ser compartidas un abrazo Feliz día
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Me siento identificada ! 😊😊
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Me encanto
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¡Me encanto!
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¡Gracias! Que bueno leer eso 🙂
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